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martes, 31 de mayo de 2011

Armin Meiwes


El caso de Armin Meiwes fue famoso en su momento, y es una muestra interesante sobre lanaturaleza del canibalismo. “Hombres bien constituidos, de entre 18 y 30 años, que quieran ser comidos por mí” era el típico mensaje que el alemán Meiwes dejaba en sitios webs personales, buscando eco en alguna persona que quisiera participar en su juego. Y tuvo respuesta.
Bernd-Jurgen Brandes, alemán de 43 años, dio el visto bueno a Meiwes, y se ofreció para ser degustado en la noche del 9 de marzo del 2001. Allí, con Brandes alcoholizado y rebosante de analgésicos, Meiwes cortó el pene de Brandes, lo flambeó y los dos lo comieron juntos.
Luego, sangrando y casi inconsciente, Brandes tomó un baño y perdió la consciencia. Brandes lo degolló y luego lo descuartizó, comiendo un poco más de su carne. En los días siguientes al asesinato.Meiwes comió veinte kilos del cuerpo muerto de su plato humano en días siguientesa.
La historia es escalofriante y enormemente morbosa. Pero quitándole su contenido terrorífico, pensemos un poco en frío. ¿Hasta dónde el canibalismo es parte de nosotros? Si estamos dispuestos a comer carne humana para sobrevivir, la antropología reconoce la antropofagia como una realidad, y hay casos como el de Meiwes, ¿es correcto considerarnos caníbales por naturaleza?.


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